Haciendo una fortuna en Cuba, la familia
Abárzuza, originaria de Navarra, llegó a Cádiz en la primera mitad del siglo
XIX.
En 1888 los hermanos Fernando y Luis
Abárzuza y Ferrer establecieron bodegas situadas en la esquina de la Avenida
Portugal y lo que ahora es la Avenida Juan Carlos I en el distrito de Segunda
Aguada. Eran una de las tres únicas bodegas de Sherry en Cádiz.
En
1899 la firma apareció en la Guía Oficial de Jerez como proveedores de vinos y
vinagres, y en 1900 cambiaron el nombre comercial a Viuda Abárzuza y en 1906 a
Antonio Abárzuza, que permaneció hasta 1944 cuando fue cambiado a Luis de
Abárzuza.
En 1941 se incluyeron en la DO ya que ahora también tenían bodegas en Jerez.
El nombre comercial fue cambiado de nuevo en 1953 a Sucesores de Antonio Abárzuza SL y se mantuvo igual hasta la década de 1960 cuando la firma fue vendida a Fernando A de Terry.